Texistepec, Veracruz.— El silencio de la tarde fue interrumpido por el eco desgarrador de múltiples detonaciones de arma de fuego. Eran pasadas las cinco cuando el estruendo sacudió la tranquilidad de la comunidad. En cuestión de segundos, el caos se apoderó del lugar. Gritos, llanto, y la confusión de quienes presenciaron el momento exacto en que cayó Yesenia Lara Gutiérrez, candidata de Morena a la alcaldía de Texistepec.
Ella se encontraba realizando una visita como parte de su campaña, saludando a simpatizantes, cuando la violencia le arrebató la oportunidad de continuar. Testigos afirman que fueron varios los disparos, todos certeros, todos cobardes. Algunos corrieron a auxiliarla, otros buscaron refugio, mientras que su equipo intentaba entender el horror que se desplegaba frente a sus ojos.
Las sirenas no tardaron en llegar. Patrullas, ambulancias, y el acordonamiento de la zona anunciaron lo que ya era evidente: la política veracruzana volvía a teñirse de sangre. El rostro de Yesenia, hasta entonces símbolo de lucha y esperanza para muchos texistepecanos, quedó inmóvil, custodiado por el asfalto y el luto de su pueblo.
El ataque no solo arrebató una vida, sino que volvió a poner sobre la mesa la inseguridad que enfrentan las y los candidatos en este proceso electoral. La exigencia de justicia resuena con fuerza, mientras Morena condena el crimen y exige al gobierno estatal y federal una investigación inmediata y castigo a los responsables.
Hoy Texistepec está de luto. Hoy, la democracia llora a una mujer que buscaba transformar su municipio. Hoy, el miedo intenta callar lo que muchos quieren gritar: ¡Ni una más!