Si alguna vez ha habido un momento en que la Universidad Autónoma de Sinaloa necesite del respaldo y la comprensión de todos los sectores, ese momento es hoy.

Sectores económicos, sociedad, gobierno y comunidad universitaria debemos hacer un esfuerzo conjunto, en primer lugar, por entender la compleja realidad que vive nuestra institución. 

No se trata solo de cifras o diagnósticos financieros, sino de comprender el papel histórico, educativo y social que la UAS ha desempeñado a lo largo de más de siglo y medio de existencia.

El doctor Jesús Madueña Molina ha actuado con responsabilidad al reconocer y exponer la situación actual, y sobre todo al proponer una ruta de acción que permita garantizar la viabilidad financiera de la universidad, así como la continuidad de su agenda educativa, científica y social. 

Su liderazgo ha sido claro: afrontar con transparencia los retos, pero también construir soluciones desde el consenso y la participación.

Los universitarios de hoy —alumnos, docentes, trabajadores—, junto con la sociedad en su conjunto, tenemos en nuestras manos buena parte del presente y del futuro de la UAS. La reingeniería institucional, los cambios y transformaciones que se están impulsando representan pasos fundamentales, pero no son la totalidad de la solución. 

Será indispensable fortalecer la gestión de recursos ante las autoridades federales, y en ello pesará el respaldo firme de la sociedad sinaloense y de los propios universitarios, quienes en su mayoría han manifestado su apoyo decidido a estas medidas.

El gobernador Rubén Rocha Moya ha sido muy claro en su respaldo y acompañamiento a la Universidad, lo cual constituye un elemento de gran valor en este proceso de fortalecimiento. 

Pero más allá del apoyo gubernamental, será fundamental que la sociedad sinaloense, que ha visto en la UAS una aliada en el desarrollo humano, educativo y económico, exprese también su respaldo a una institución que ha dado tanto a Sinaloa y a México.

Hoy, más que nunca, la Universidad Autónoma de Sinaloa necesita de todos. Porque defenderla, comprenderla y acompañarla en esta etapa de transformación es defender el derecho a la educación pública, gratuita y de calidad para las generaciones presentes y futuras.