Los Mochis, Sinaloa.— En medio de las rutinas y el ajetreo que caracteriza a los centros de salud, a veces surgen gestos que recuerdan la esencia más humana de la medicina: el amor, la empatía y la calidez. Así lo demostró recientemente la compañera Ana Hernández, trabajadora de la clínica 49 del IMSS en Los Mochis, quien con un noble detalle logró brindar a sus pacientes algo más que atención médica: un momento de auténtica belleza y esperanza.
Ana, con sensibilidad y cariño, dedicó tiempo y esfuerzo para ofrecer a sus pacientes un instante que quedará grabado en sus corazones. En un entorno donde muchas veces lo que abunda es el dolor o la incertidumbre, este gesto significó una pausa llena de luz, alegría y ternura.
Acciones como la suya no solo reconfortan a quienes la reciben, sino que también inspiran a sus compañeros y a toda la comunidad. Porque más allá del uniforme y las funciones laborales, Ana nos recuerda que la vocación de servir también se manifiesta en pequeños actos de bondad que hacen grande el espíritu humano.
Gracias, Ana Hernández, por ser ese ángel en la clínica 49. Tu gesto es un recordatorio de que aún en los lugares más difíciles, siempre es posible sembrar esperanza.