por: Sen. Aarón Irízar López
El pasado 23 de mayo se celebró, como cada año desde el 2000, el Día Internacional de la Tortuga Marina, cuyo objetivo principal es concientizar a las personas sobre la importancia de conservar y proteger a esta especie, muchas de las cuales se encuentran en grave peligro de extinción.
México siempre ha sido un santuario para diversas especies de tortugas, ya que es en algunas de nuestras playas donde cada año llegan a desovar. En el mundo, sólo en 12 playas es posible presenciar el fenómeno de la arribada, que es la llegada masiva de tortugas marinas para poner sus huevos, y cuatro de estas playas son mexicanas.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), de las siete especies de tortugas marinas que existen en el mundo, nuestro país recibe a seis: caguama, lora, verde o prieta, golfina, laúd y carey.
A pesar de que la mayor parte de las tortugas ponen una gran cantidad de huevos por cada arribada, se calcula que solamente una de cada mil crías llega a la edad adulta, por lo que su cuidado es fundamental para la supervivencia de la especie.
Sin embargo, las tortugas marinas históricamente se han visto amenazadas principalmente por la actividad humana. La carne, huevos y aceite de tortuga son muy apreciados en el mercado nacional e internacional, por lo que su caza para fines de consumo las ha orillado al filo de la extinción.
La captura accidental, la contaminación en los mares, especies invasoras, así como el emplazamiento de asentamientos humanos en su entorno son también amenazas importantes para su existencia.
La conservación y protección de la tortuga marina ha sido uno de los principales temas de la agenda internacional de medio ambiente desde finales del siglo pasado. En 2005, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), publicó la Guía para Pescadores sobre el Manejo de las Tortugas Marinas cuyo objetivo era reducir al menos en un 30% la captura accidental.
A nivel regional, en 2001 entró en vigor la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas, el cual provee un marco legal intergubernamental para que los países firmantes promuevan acciones destinadas a proteger, conservar y recuperar las poblaciones de tortugas marinas. México fue uno de los principales promotores de este acuerdo.
En nuestro país, la tortuga marina se encuentra en veda desde 1990, por lo que su caza o pesca está prohibida.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) en conjunto con la Secretaría de Marina (SEMAR) y la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP), se encargan de realizar operativos permanentes para proteger a las diferentes especies de tortuga marina que se encuentran en México.
Para proveerlas de un marco jurídico para su protección, estas especies marinas se encuentran enlistadas dentro de la NOM-059-SEMARNAT-2010, en la categoría de Peligro de Extinción.
Asimismo, desde 1997, la PROFEPA certifica el 100% de la flota de captura de camarón y verifica la instalación y funcionamiento de Dispositivos Excluidores de Tortugas Marinas, mecanismos habilitados en las redes para evitar la pesca accidental de tortugas.
Por su parte, la CONANP cuenta con 32 campamentos tortugueros, en donde con la participación de las comunidades, instituciones y voluntariados, se realizan tareas de conservación, investigación, monitoreo y vigilancia de estas especies. En estos campamentos se liberan cada año más de 30 millones de crías de tortugas marinas, lo que representa el 90% del total de las crías protegidas en México.
Con estas acciones, México se coloca a la vanguardia en materia de protección a estas especies y nuestro ecosistema