El golpe a los laboratorios clandestinos en Sinaloa

El sol apenas despuntaba sobre las montañas de Sinaloa cuando los operativos comenzaron a desplegarse. En un esfuerzo coordinado entre la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional, la Secretaría de Marina, la Fiscalía General de la República, la Fiscalía General del Estado y la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, el 28 de febrero se asestó un nuevo golpe al narcotráfico con el aseguramiento de 12 laboratorios clandestinos en los municipios de Culiacán y Cosalá.

Las patrullas avanzaron entre caminos de terracería y brechas ocultas en la maleza. Durante los reconocimientos terrestres, los uniformados hallaron evidencias claras de la fabricación de drogas sintéticas: enormes reactores químicos, condensadores oxidados, tambos de diversos tamaños, bidones llenos de sustancias desconocidas, tinas plásticas con residuos químicos y costales apilados con precursores en polvo. Un olor penetrante impregnaba el aire, testigo silencioso de la actividad ilícita que ahí se desarrollaba.

En Culiacán, los hallazgos se distribuyeron en seis puntos estratégicos: Los Vasitos, Las Juntas, el ejido Los Mayos de Abajo, Los Mayos, El Canario, El Vizcaíno y El Bichi de Arriba. Mientras tanto, en Cosalá, la historia se repetía con otros seis laboratorios ocultos entre la espesa vegetación de Santa Loreto, Las Amargosas, El Sauce, Las Lijitas, Santa Anita y San José de Las Bocas.

El procedimiento fue meticuloso. Los elementos de seguridad aseguraron cada uno de los laboratorios, recolectando los materiales y sustancias para su análisis. Algunos asentamientos fueron inhabilitados en el lugar, asegurándose de que no volvieran a operar. Todo el material incautado fue puesto a disposición del Ministerio Público Federal, encargado de determinar la composición y el pesaje de las sustancias.

Para los pobladores de la región, estas operaciones son un recordatorio de la lucha constante entre las fuerzas de seguridad y el crimen organizado. Mientras las autoridades refuerzan su compromiso con la seguridad pública, los ciudadanos son llamados a colaborar denunciando actividades sospechosas a través del 911 o del 089 de denuncia anónima.

A medida que el operativo concluía y las unidades se retiraban del terreno, solo quedaba el eco del trabajo realizado. Un golpe más contra la producción de drogas en Sinaloa, un paso más en la interminable batalla por la seguridad y la legalidad.

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