La noche transcurría con normalidad en Los Mochis cuando, de pronto, el humo comenzó a colarse entre los edificios y el cielo despejado se tiñó de gris en una zona del oriente de la ciudad.
A través de redes sociales, usuarios comenzaron a reportar lo insólito: unas palmeras, ubicadas a un costado del bulevar Zacatecas, a la altura de la Avenida Independencia, habían sido incendiadas por personas desconocidas.
El fuego, ávido y veloz, trepaba por los troncos con furia, mientras automovilistas y peatones miraban con asombro y preocupación el siniestro que, por momentos, amenazaba con salirse de control.
El sonido del crujir de las hojas secas quemándose se mezclaba con el murmullo de los curiosos y el claxon de los coches que intentaban esquivar la escena.
Aunque las llamas fueron controladas antes de alcanzar estructuras mayores o provocar una tragedia mayor, el hecho dejó una sensación de inquietud. No se trató de un accidente natural ni de una quema controlada: fue una acción deliberada y anónima que sembró incertidumbre en una ciudad que ya enfrenta temperaturas elevadas y condiciones secas por la temporada.
Los vecinos de la zona se mostraron consternados. Algunos comentaron que días antes habían notado movimientos sospechosos en el área verde, pero nadie imaginó que alguien se atrevería a incendiar parte del paisaje urbano.
La indignación también se dejó sentir en los comentarios digitales: “¿Y si hubiera alcanzado un carro o una casa?”, “Eso es vandalismo, no travesura”, “Pónganse a investigar quién fue”, eran algunas de las expresiones que circulaban en redes.
Las autoridades no han informado de detenidos ni del móvil detrás del ataque, pero ya se investiga lo sucedido. Mientras tanto, las palmas chamuscadas, ennegrecidas por las llamas, permanecen como testigos silenciosos de un acto que no solo atentó contra la naturaleza urbana, sino también contra la seguridad de la comunidad.
























