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En medio de una maraña política tejida con criterios de género, Morena, el partido gobernante en México, se encuentra en una encrucijada.
La decisión de posponer el anuncio de sus candidatos a gobernador hasta el 10 de noviembre, días después de la fecha prevista, ha arrojado luz sobre las tensiones internas provocadas por las recientes reglas de paridad del Instituto Nacional Electoral (INE).
La paridad de género, una medida destinada a garantizar una representación equitativa de hombres y mujeres en la política, se ha convertido en un tema candente en el escenario político mexicano.
El INE ha ordenado a los partidos políticos postular mujeres en cinco de los nueve Estados que eligen gubernaturas en 2024.
Este mandato ha llevado a Morena y otros partidos a enfrentarse a un desafío: encontrar el equilibrio adecuado entre la competitividad de los candidatos y la necesidad de cumplir con las normativas de paridad.
El líder de Morena, Mario Delgado, ha reconocido que el retraso en el anuncio de candidatos se debe en parte a las discusiones internas sobre cómo cumplir con estos lineamientos paritarios.
Las conversaciones sobre cómo sacrificar a algunos candidatos hombres mejor posicionados para garantizar la participación equitativa de las mujeres han generado tensiones y amagos de rupturas dentro del partido.
La incertidumbre no se limita a Morena; la mayoría de los partidos, tanto de la oposición como del oficialismo, han expresado su descontento por lo que consideran una intromisión del INE en sus derechos de autogestión.
Algunos incluso han contemplado la posibilidad de presentar impugnaciones ante el Tribunal Electoral para desafiar estas reglas de paridad. La resolución de estos recursos, teóricamente antes del inicio de las precampañas en los Estados, se presenta como una carrera contrarreloj que añade más complejidad a un proceso político ya de por sí tenso.
Mientras tanto, Morena y sus aliados han ratificado su compromiso de mantenerse unidos de cara a las elecciones de 2024, a pesar de las tensiones internas y las incertidumbres causadas por las reglas de paridad.
El próximo año, casi 20,000 cargos federales y locales estarán en juego, lo que hace que encontrar el equilibrio entre la competencia política y la paridad de género sea más crucial que nunca.
En este contexto, el panorama político se vuelve cada vez más complejo, con los partidos luchando por adaptarse a las nuevas normativas mientras intentan mantener la cohesión interna.
La paridad de género, aunque es fundamental para garantizar una representación política más inclusiva, está demostrando ser un desafío complejo y multifacético para los actores políticos en México.
En los próximos meses, se espera que estas tensiones y negociaciones internas continúen, lo que sin duda dará forma al curso de la política mexicana en el camino hacia las elecciones de 2024.
