Juan Alfonso “El Coyote” Mejía: Entre la deslealtad y el desencanto político en Sinaloa

@SinaloaNEWS 

En el sinuoso camino de la política sinaloense, la figura de Juan Alfonso “El Coyote” Mejía se ha convertido en un “porro” que trata de reventar las alianzas partidistas. 

Recientemente, la negativa del apodado “Coyote” Mejía a unirse a las filas de los priistas liderados por Maribel Chollet ha sacudido el panorama político del estado. 

Su rechazo a la convocatoria para colaborar con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha dejado perplejos a muchos, pero para él, esta decisión parece ser una cuestión de principios arraigados y lealtades inquebrantables a su jefe político, el cual trata de desestabilizar el Frente Amplio por México. 

La razón detrás de esta decisión parece residir en la percepción de Mejía sobre sus compañeros políticos. 

Según él, rechazar la invitación no es solo un acto de desobediencia política, sino una declaración de principios donde el “Coyote” político dice que el  no se junta con la chusma en Mazatlán.

Esta afirmación revela su profundo desencanto con la calidad moral y ética de ciertos políticos locales, sugiriendo que su rechazo no es solo una cuestión de diferencias ideológicas, sino una declaración en contra de lo que él considera una falta de integridad en el ámbito político regional.

Sin embargo, la verdadera razón detrás de la postura inflexible de “El Coyote” podría radicar en sus vínculos políticos. 

Se rumorea que Juan Alfonso Mejía representa los intereses de un poderoso padrino político: Quirino Ordaz Coppel, exgobernador de Sinaloa y actual embajador de México en España. 

La relación entre “El Coyote” y Ordaz Coppel podría explicar su decisión de no unirse a otros partidos, ya que sus lealtades podrían estar firmemente arraigadas en la red de influencia y poder que su padrino representa.

El rechazo de Juan Alfonso “El Coyote” Mejía a unirse a las fuerzas priistas y perredistas no es simplemente un desplante político; es un testimonio de las complejidades y las intrigas que caracterizan la política en Sinaloa. 

Su decisión puede estar fundamentada en la desconfianza hacia sus colegas políticos, pero también podría estar impulsada por una lealtad inquebrantable hacia su mentor, Quirino Ordaz Coppel. 

En un estado donde las alianzas y las traiciones son moneda de cambio, “El Coyote” se mantiene como una figura enigmática, resistente a los vientos cambiantes de la política, y firme en su determinación de seguir su propio camino, incluso si eso significa caminar solo.

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