El 26 de diciembre, la tranquilidad en la zona centro de Veracruz se vio sacudida por un escalofriante descubrimiento. 

Dos niños, de apenas 3 y 4 años, fueron rescatados por el DIF municipal de Medellín de Bravo, evitando así una tragedia que pudo haber tenido consecuencias irreparables.

El alarmante suceso se desató cuando vecinos alertaron a las autoridades al observar humo proveniente de la vivienda marcada con el número 22 del circuito Urano. 

La razón detrás de esta emergencia resultó aún más aterradora: los niños, desesperados por el hambre, estaban a punto de cocinar un gato.

Según relatos de testigos, el niño mayor expresó su intención de preparar al animal para alimentar a su hermano pequeño. 

Dónde Una situación que deja entrever las condiciones extremas en las que estos menores vivían. Fuentes cercanas indican que los niños llevaban encerrados en su hogar desde el 24 de diciembre, sin supervisión alguna.

Los vecinos, conmovidos por la situación, revelaron que los pequeños pedían ayuda y comida desde una ventana durante esos días de encierro. “Los niños por la ventana pedían de comer, nosotros les acercamos un poco de comida, un poco de bebida y la verdad es que es todo lo que sabemos”, compartió una vecina.

El rescate a cargo del DIF y la Policía Municipal fue crucial. Al ingresar al lugar, las autoridades se encontraron con condiciones desgarradoras: almohadas tiradas en el suelo, basura acumulada y, de manera impactante, el cadáver del gato que el niño mayor intentaba cocinar.

Las investigaciones iniciales revelan no solo la desnutrición extrema de los niños, sino también indicios de maltrato físico, evidenciado por las heridas en el cuerpo de uno de ellos. Los padres, finalmente localizados, enfrentan ahora la justicia ante la Fiscalía del Estado.

Este perturbador incidente plantea preguntas cruciales sobre la protección y el bienestar de los menores en situaciones vulnerables. La sociedad, las autoridades y las instituciones tienen la responsabilidad de abordar estos casos con urgencia y garantizar la seguridad de aquellos que no pueden protegerse por sí mismos.